Comentarios sobre “Los patrones de consumo de alcohol y el riesgo de enfermedad hepática en las mujeres” (Dres. Nick Sheron y Roger Williams)

07/02/2019 | Artículos, Artículos científicos

El ‘UK Million Women Study’ del Reino Unido continúa proporcionando datos útiles y respondiendo preguntas importantes.

En el estudio de Rachel F. Simpson y colegas, publicado en The Lancet Public Health, se examinaron los patrones de consumo de 401.806 mujeres reclutadas entre 1996 y 2001 y que fueron estudiadas entre 2000 y 2003 en relación con el ingreso posterior en un hospital o si fallecieron por enfermedad hepática. La cirrosis hepática se diagnosticó con los códigos K70 o K74 de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (DCI-10).

Se registraron los episodios de admisiones, accidentes y emergencias, y también las visitas ambulatorias en hospitales del NHS en Inglaterra en 2016-2017; resultados: 53.020 K70 y K74, con 22.212 codificados I85 (varices esofágicas), K72,1–72,2 (insuficiencia hepática), o K76,6 (hipertensión portal); casi todas estas pacientes habrían tenido cirrosis. Por lo tanto, el riesgo absoluto de cirrosis incluso podría haber sido subestimado en el estudio de Simpson, pero estas omisiones habrían afectado a todos los grupos por igual.

Simpson y sus colegas informaron que las bebedoras diarias consumían más alcohol (161 g/semana) que las no bebedoras diarias (134 g/semana), y después de corregir este y otros factores de confusión, las bebedoras diarias tenían un mayor riesgo relativo de cirrosis hepática en comparación con las bebedores no diarias. Los estudios prospectivos en hombres publicados previamente han relacionado el consumo diario de alcohol con un mayor riesgo de cirrosis hepática, pero el estudio de Simpson y sus colegas confirma que, independientemente de la cantidad de alcohol consumida, la frecuencia de consumo es un factor de riesgo importante.

Otros mensajes en el artículo de Simpson y sus colegas son interesantes. Alrededor de la mitad de las mujeres informaron que en general consumían alcohol con las comidas y su riesgo relativo de cirrosis fue de 0 ,69 (0,62–0,77) en comparación con el resto que bebía predominantemente fuera de las comidas. Las mujeres que bebían sin comer tenían más probabilidades de ser fumadoras y con más problemas de salud que las que bebían con las comidas.

En 2017, 3.255 mujeres tenían enfermedad hepática en Inglaterra y Gales en comparación con 2.377 en 2001, un aumento de más de un tercio, y el total más alto registrado, lo que es muy preocupante. La enfermedad hepática y el hepatocarcinoma (que en general se produce a consecuencia de una enfermedad crónica del hígado), produjo 27.000 años de pérdida de la vida laboral femenina (YWLL) en 2017, más que los 14.000 años de pérdida de la vida laboral femenina (YWLL) causados por la cardiopatía isquémica y sólo superado por los 36.000 años de pérdida de la vida laboral femenina (YWLL) debido al cáncer de mama.

Además, se observa que incluso el consumo moderado de alcohol, de alrededor de una botella de vino por semana, aumenta el riesgo de cáncer de mama en aproximadamente el 10%.

El riesgo de desarrollar cirrosis, se reduciría a la mitad, en las mujeres que beben alcohol sólo con las comidas y lo hacen menos de 7 días a la semana, y aunque podría parecer tranquilizador, estos resultados no se pueden extrapolar a otros grupos de edad o con diferentes conductas de bebida. Además, el estudio no incluye otras complicaciones asociadas al consumo excesivo de alcohol, como hipertensión, diabetes, síndrome metabólico y el aumento observado de la incidencia de algunos cánceres, y también el aumento de la violencia y accidentes.

En el riesgo relativo de desarrollar cirrosis no influye el índice de masa corporal (kg/m2), ya sea de menos de 25 o de más de 25, aunque algunos resultados apuntan a efectos sinérgicos de la obesidad y el alcohol en algunas de las complicaciones mencionadas.

El quinto informe de la Comisión Permanente de Lancet sobre la Enfermedad Hepática en el Reino Unido presenta una imagen aleccionadora. En 2016-2017, el diagnóstico sea primario o secundario en más de 1,1 millones de ingresos hospitalarios, se relacionó con el alcohol. El número de muertes causadas por el alcohol sigue aumentando en el Reino Unido, y en 2016, los accidentes por conducir bajo los efectos del alcohol en Inglaterra y Gales aumentaron en un 20%. Junto a este aumento, está la preocupante reducción en la financiación de las autoridades locales para los servicios de adicción en Inglaterra, entre 2013 y 2018. Actualmente, los servicios sólo llegan al 18% de la población dependiente necesitada.

Según el estudio presentado, ningún nivel de consumo de alcohol es completamente seguro para las mujeres. Sin embargo, existe un gran apoyo público para que se incluyan advertencias sanitarias en las etiquetas de alcohol, que la industria de las bebidas se negó a tener en cuenta.

Hasta que el gobierno se tome más en serio la muerte de mujeres por enfermedad hepática, probablemente el mejor enfoque y que se ha demostrado hasta la fecha más efectivo es la política de precios unitarios mínimos, que el gobierno escocés ya ha puesto en práctica.

 

Fuente: The Lancet

Referencia: Nick Sheron y Roger Williams. www.thelancet.com/public-health, Vol. 4   January 2019. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/

Artículo traducido y adaptado por ASSCAT

07/02/2019

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